Si habéis veraneado en Cádiz o en Conil habréis oído hablar del viento de levante o de poniente, e incluso hasta algunos lo habréis sufrido, sin embargo, lo que muchos desconocen es que aun teniendo viento de levante ¡¡podemos ir a la playa!!.

Saliendo de Conil dirección Chiclana por la carretera comarcal paralela a la costa, una vez pasado el Puerto de Conil, Cabo Roche y su famoso Faro, del mismo nombre, encontraremos las Calas de Roche. Los acantilados atesoran un grupo de bellísimas Calas, de arena fina y dorada, resguardadas del viento, y que tienen la peculiaridad de ser casi efímeras por el efecto de la subida de las mareas, por eso son el lugar idóneo para resguardarse en los días de Levante.

Las Calas de Roche no se ven desde la carretera que bordea la costa y podrían pasar desapercibidas para cualquiera, pero ¡Hoy en día ya son muchos los que conocen este secreto!.

Para acceder a algunas de ellas hay que aparcar el vehículo, atravesar mediante pasarelas de madera una red de senderos peatonales habilitados por la Junta de Andalucía, que recorre todo el frontal de los acantilados. Estos caminos de tierra se adentran a través de Enebros marítimos, planta de especie amenazada y únicos en Europa, desde hace años están sometidos a planes de protección. Después hay que bajar por escaleras de piedra que surgen entre las rocas de los acantilados hasta llegar a la arena.

Cada cala tiene su nombre: las primeras (si venimos desde Conil) son la pequeña Cala del Faro, difícil de hallar, se sitúa a apenas unos metros del Cabo de Roche, coronado por el Faro (el Faro de Roche es una antigua almenara del siglo XVI transformada hoy en faro desde donde se puede divisar el Puerto de Conil y las almadrabas caladas a la espera del atún rojo), Cala del Tío Juan Medina, es una de las más grandes y visitadas, Cala del Frailecillo, Cala del Pato y Cala Medina, estas tres últimas son calas muy afectadas por la erosión marina, solo podréis visitarlas con marea baja.

Por último, pero no menos importantes, Cala Áspera y Cala Encendida, la más grande de todas, se encuentran frente al residencial de Roche, frecuentada por vecinos de la zona, y que debe su nombre al efecto que produce el sol al reflejarse sobre sus rocas rojizas.

Cerca de Cala Encendida os recomendamos el restaurante «Timón de Roche», restaurante de comida Mediterránea y Europea en el que las vistas hacia la playa os dejaran anonadados, buen servicio y comida excelente.

Si os encantan estas Calas y os gustaría alojaros cerca de ellas, os aconsejamos elegir la villa Roche-Pilahito, ubicada en el Pinar de Roche a tan solo 15 minutos en bici de estas maravillosas Calas de ensueño.

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